José Antonio Martínez Perruca, coordinador científico del proyecto y geólogo del Museo Comarcal de Molina de Aragón, explicó a los asistentes la importancia que tiene este sello de calidad para la comarca, las vicisitudes de este largo y complejo proceso para pertenecer a este prestigioso club europeo y la situación actual en la que se encuentra la declaración molinesa.
En este sentido, manifestó que el informe elaborado por la Misión Evaluadora, que se desplazó hasta la Comarca de Molina de Aragón y el Alto Tajo el pasado mes de julio, ha obtenido una valoración óptima por los miembros de la Red, que han tenido muy en cuenta el trabajo realizado y el esfuerzo e implicación de las gentes de esta comarca.
Asimismo, señaló que aunque no se ha recibido la credencial de esta marca de calidad avalada por la UNESCO, las expectativas son muy buenas y el Geoparque molinés podría ser una realidad en la reunión técnica que la EGN celebrará en marzo en el Geoparque de Sobrarbe (Huesca), una vez haya presentado un informe aclaratorio que despeje algunos detalles de carácter técnico.
La excursión por el Geoparque de la Comarca de Molina de Aragón y el Alto Tajo puso el broche de oro a la XX Bienal-Madrid 2013, que se celebró entre el 4 y el 7 de septiembre organizada por la Real Sociedad Española de Historia Natural en colaboración con el Museo Geominero y la Fundación La Caixa.
La visita, que estuvo dirigida por Luis Carcavilla, coordinador del Comité Asesor Científico del Geoparque molinés e investigador del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), con el apoyo de Ángel Vela y Rafael Ruiz, antiguos directores del Parque Natural y miembros del Comité Asesor Científico del Geoparque y José Antonio Martínez Perruca, discurrió por parajes tan representativos como el Barranco de la Hoz, los pliegues de Cuevas Labradas, el Puente San Pedro y el Mirador de Zaorejas.
Carcavilla hizo un repaso de la historia geológica del Parque Natural del Alto Tajo a lo largo de millones de años, durante los cuales, este territorio ha estado gobernado por gélidos mares, grandes cordilleras, enormes ríos, antiguas playas y mares tropicales de poca profundidad, hasta configurar el paisaje actual.
Los visitantes descubrieron las rocas originadas por grandes ríos durante finales del Pérmico y en el Triásico inferior y la formación de conglomerados hace más de 245 millones de años en el Barranco de la Hoz; pudieron conocer cómo se configuraron las rocas calizas de Cuevas Labradas bajo un mar tropical en el Jurásico, hace unos de 200 millones de años, y su posterior plegamiento a causa de la Orogenia Alpina; y en el Puente San Pedro y el Mirador de Zaorejas distinguieron algunos de los elementos más singulares del Parque Natural, como los cañones fluviales y los travertinos o tobas calcáreas, las rocas más jóvenes de este espacio protegido.
La orografía que ha llegado hasta nuestros días también ha determinado su flora y su fauna. Los antiguos directores del Parque Natural complementaron las explicaciones geológicas de Carcavilla con detalles sobre la vegetación y las especies faunísticas que habitan este espacio. Las areniscas y conglomerados del Pérmico-Triásico, en el Barranco de la Hoz han propiciado la existencia de pino rodeno o resinero, roble marojo o rebollo y jara estepa.
Las margas y calizas favorecen el sabinar de sabina albar y en las laderas de la hoz de calizas y dolomías la vegetación dominante es el pinar de pino laricio con mezcla de sabina albar. En el Puente San Pedro las riberas del río Tajo dejan paso a bosques con sargas, chopos, avellanos, cornejos y ejemplares sueltos de abedul o fresno de montaña y las laderas del cañón albergan pinares de pino laricio con bodegas.
En cuanto a la fauna, encontramos una gran cantidad de aves rupícolas que nidifican en las paredes de estas hoces, como buitre leonado, alimoche, águila real o halcón peregrino; rapaces forestales como azor, águila culebrera o águila calzada; mamíferos carnívoros como la garduña, zorro o gato montés y herbívoros como corzo, ciervo o cabra montés. Por su parte, el río Gallo ofrece un hábitat idóneo para la trucha común, la nutria y multitud de aves paseriformes.
Además, Rafael Ruiz y Ángel Vela informaron a los participantes de la importante labor realizada en el Parque Natural para la conservación del águila perdicera, un proyecto por el que la entidad recibió el segundo Premio de Buenas Prácticas de Conservación de Espacios Naturales, otorgado por Europarc y la Fundación Biodiversidad.
Los antiguos directores del Parque explicaron que se trata de una especie en peligro de extinción cuya población ha disminuido un 50% en los últimos años en Castilla-La Mancha y relataron los resultados de los seguimientos realizados en un total de nueve ejemplares, que fueron decisivos a la hora de diseñar el programa de conservación.
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